martes, 15 de enero de 2008

Cuento


- No te puedo contar mi historia si no te quedas quieta, tienes que estar calladita para que puedas imaginar todas las cosas que te voy a describir.
Hace ya muchos años, antes de que tu nacieras yo vivía en un lugar muy l
ejos de aquí, ahí había nacido, y había pasado mis pocos años de vida, yo como buen familiar tuyo era curioso, aventurero, travieso, no me bastaba con que me explicarán como funcionaban las cosas, necesitaba verlo.
Mis papas odiaban que destruyera sus cosas, pero no podía dejar de abrir los relojes, televisiones, computadoras, celulares que me encontraba a mi paso, todos mis juguetes estaban abiertos y los que ya había cerrado funcionaban aún mejor porque los había mejorado.
Pero mi pueblo era pequeño y me aburría fácilmente, yo oía a los adultos hablar de ciudades donde la gente comía cosas extrañas, pero cada que preguntaba que se quedaban callados y muy consternados me decían que era mejor que no supiera.
Un día sin mas decidí huir, me subí al primer camión que iba a la ciudad escondido bajo todas esas flores por las que a veces nuestro pueblo era conocido, iba nervioso, no te voy a mentir, pero la emoción de vivir cosas nuevas lograba acabar con ese miedo. El olor de las gardenias me mareaba por momentos, pero sabía que ese momento quedaría grabado para siempre en mi memoria, iba a conocer un nuevo mundo y sólo tenía que quedarme quieto y callado, cosa que me co
staba mucho trabajo.
Cuando el camión paro y antes que bajaran los cargadores me escurrí y todavía con algunas matas en mi cabello me encaminé hacia las luces más cercanas.
Mi hambre se hacía cada vez mayor así que en la primera casa que vi me metí por la ventana y busque la cocina guiado por la noción de encontrar algo que me hiciera sentir mejor, tanto traqueteo del camión me había mareado, y la sed llegaba a ser aún más dolorosa que el hambre.
Encontré un refrigerador y tratando de no hacer el más mínimo ruido lo abrí, cual fue mi sorpresa cuando vi que ahí dentro solo habían verduras. Me sentí asqueado, ¿como podían comer eso?
- No pongas esa cara, yo nunca había visto eso, recuerda como me llamo y como se llama mi pueblo. Si hija, yo Pingüino Lechuguesco nacido en Lechugal II no había visto jamás algo tan horroroso, mis hermanos Jitomato y Rabanito no me lo iban a creer.
Tenía que huir, regresar a mi pueblo, pero en ese momento alguien prendió la l
uz, y ahí observándome con más cuiriosidad que miedo estaba la niña más linda que hubiera visto jamás, me vió por un momento y me pregunto mi nombre.
- Yo me llamo Rosa, porqué tienes esa cara?
- Tú comes verduras? - atiné a preguntar
- Claro!!, por qué? tú no?
- Noooo...este en mi pueblo sólo comemos flores...las verduras son parte de nosotros...
- A ya vi por eso tienes esa carita de lechuga fresca, yo creo que debes de irte antes que alguien te vea y te haga ensalada. Oye y de verdad comes flores??
-Ensalada?? Cómo que ensalada?? Este si flores, son muy nutritivas....
- Me enseñas tu pueblo? a mi ya me hartaron las zanahorias.
-Si vamos...- no entendía su fuerza y su locura pero sus ojos no me dejaron decirle que no...
Bueno hija así es como conocí a tu mamá.
- AAy papá de verdad cada día estás más loco, ni ella se llama Rosa, ni tu te llamas Pingüino Lechuguesco....pero eso si me convenciste de no comer más lechuga en lo que me resta de vida.


19 comentarios:

Luthien dijo...

Awwww que lindo cuentoooo, aunque tendré que probar unas cuantas flores pa' ver a que saben jajaja

Ra. dijo...

jajajajaja me emcanto !!!!

otro !! otro !!! otro !!! o no me duermo ... bueno digo... o no voy a trabajar jajajaja

Darth Tater dijo...

¡Qué sano y pintoresco! Me recordaste que hace mucho que no como flores... bueno, ¿las quesadillas de flor de calabaza aplican?
Saludos naturales!

Profana dijo...

Muy del tipo "el Gran Pez", me encantan esas historias, muy ingeniosas!

c324r dijo...

Ja ja ja, me encantó!

Ah, caray... creo que eso ya lo dijo alguien antes!-

Bueno, restémosle efusividad: Chidísimo.

Anónimo dijo...

Muy paike el cuentito este! Un dia comi una planta, jugando a las comiditas y haciamos taquitos con hojas y lodo y pa dentro! ( uno de chiquillo es remenso) y no inventes tenia una picazon en la lengua que no paraba, y de ahi pal real no como ni flor de calabaza.
jajaja

BETO Faithless dijo...

Muy tierno y divertido. Está chido.

Saludos

Lata dijo...

jeje, ¿Pinguino lechuguezco? jajaja.

:)

Said dijo...

Se me hace que no te comes la lechuga: ¡te la fumas! ah y no se llama "lechuga"...

Saludos.

Naik.Hideki dijo...

amm buena historia jejeje saludos!

briones dijo...

jajajaja, por eso quedamos traumados!!

flores? que mensaje subliminal quizo indicar?

jaja, no es facil ser padre a lo que veo


saludos

Mait' dijo...

Desde entonces vivieron en un refrigerador...
Me encantó tu blog! Saludos

Sandra Becerril dijo...

Vaya... nunca me había gustado la lechuga de todos modos jeje


excelente fin de semana!

T3Mo dijo...

... o...k... jajaj

Unknown dijo...

Gran personaje el pingÜino lechugero

Anónimo dijo...

Hola
Te escribo por que vi que estudias algo de la sexualidad y tengo un problema.
Mi problema es que ya tengo 31 años y soy virgen y no e tenido novia y no es por que sea gey si no por que tengo mala suerte siempre que quiero salir con chica me dicen que no y las que si quieren salir con migo me dicen que me ven como un amigo.
Ojala me puedas dar un consejo
Saludos

RED SHOES GIRL dijo...

Muy buen blog!!!!

Luna Lunita dijo...

Oye que lindo cuento....mis hijos aun no pregunta como nos concocimos D y yo, pero el es tan simplon que contestara, en la universidad...cha :S que chafa!!

Anónimo dijo...

dime porfavor que ese cuento se lo hizo mr. barbas a sita esta lindo