martes, 24 de junio de 2008

Parir en casa

Para los que no lo leyeron en siriusfem.com aquí esta mi artículo del parto en casa.
por cierto lean toda la revista es genial.


Decidí tener a mi bebé en mi casa, con parteras y no recurrir -a menos que sea totalmente necesario- a un hospital. Esto me llena de un enorme orgullo (hacia mí misma), pero también me di cuenta de la gran responsabilidad que es hacer algo así y de la obligación que tengo de estar informada y completamente preparada.

Me he puesto a investigar y a leer experiencias de otras mujeres, y ahora estoy más que traumatizada. ¿Por parir? No, no por parir, sino por la excesiva ignorancia y miedo que existe en el mundo (obviamente es menor en países primermundistas europeos); por la impresionante capacidad de las mujeres a cerrarse y a no querer conectarse con sus cuerpos y con sus hijos. El miedo a sentir cualquier cosa que pueda ser desagradable y la ignorancia al poner sus vidas y la de sus descendientes en manos de un doctor que por comodidad es capaz de causarles daño.

Pero vayamos por partes, no todos somos expertos en nacimientos, partos y procedimientos.

Cuando te enteras que estás embarazada pasan muchas cosas: te emocionas, fantaseas con tu hijo y, por lo general, tratas de pensar lo menos que puedas en el parto. Vas con tu ginecólogo y sin preguntarle tus opciones, aceptas los términos y condiciones que él/ella plantea y crees, sin lugar a dudas, que es lo mejor para ti. Tal vez tienes menos suerte o no cuentas con la capacidad financiera para ir a un hospital privado, por lo cual aceptas que el seguro te diga cómo tener a tu bebé, sin que tu pareja esté presente y nadie te explica tus derechos como mujer embarazada.

Pero quizás el miedo al parto o la curiosidad o la valentía te den fuerzas y decidas investigar cuáles son las posibilidades de acuerdo a tus recursos.

Como mujeres embarazadas tenemos muchas opciones para un parto respetado, libre, y sin violencia, en el cual no se nos haga una cesárea innecesaria, o procedimientos invasivos que finalmente sólo sirven para que el doctor pueda trabajar más cómodamente y con mayor rapidez.

Cuando me embaracé por primera vez decidí tener un parto natural sin anestesia, no quería que me quitaran la oportunidad de sentir a mi bebé saliendo de mi cuerpo. No fue una decisión fácil, tuve que aguantar caras de "¡Aaay, qué loca!", o de "Pobre no sabe lo que le espera”. Y tenía miedo, pero no tanto; siempre supe que podría aguantarlo y como no tenía idea del dolor, no me preocupé mucho. Lo que sí me costó mucho fue encontrar a algún médico que respetara mi elección. Me topé con muchos tipos de ginecólogos, pero el 80 por ciento me dijo que por ser mi primera vez tendría que ser cesárea, y el 99 por ciento me dijo que “no eran enchiladas” y que no podría hacerlo sin epidural, pues dolía mucho. Aún así seguí buscando y finalmente encontré un doctor maravilloso que respetaba mi decisión (nunca entendí por qué tendrían que ser ellos los que decidieran) de tener un parto natural.

Mi parto fue hermoso y doloroso, pero me sentía feliz porque había sido natural… aunque hoy me doy cuenta de que no fue natural, ya que se usaron muchos procedimientos invasivos y no necesarios, además, de que fui tratada como una enferma que estaba siendo salvada por los doctores y enfermeras del hospital.

¿Cómo llegué a esta conclusión? No fue sino hasta ahora que leo e investigo acerca de todo lo que sucedió:

Antes que nada me mandaron a hacer un examen para ver si mi cadera era lo suficientemente ancha en comparación con la medición de la cabeza del bebé. Este examen es algo arbitrario pues la cadera sin haber entrado en parto, puede ser angosta y se ensancha durante las contracciones. El bebé no va a nacer sin que se expanda la pelvis; entonces, en la mayoría de los casos el resultado es que la cadera es menos ancha que la cabeza del pequeño… por lo que mandan a hacerse cesáreas innecesarias, favoritas de la mayoría de los ginecólogos(as), ya que cobran mucho más por ellas, las pueden programar y, además, requieren de menos interacción con la madre.

En mi caso, llegando al hospital y teniendo ya 7 centímetros de dilatación, me administraron Oxitocina, la cual es una sustancia que acelera las contracciones y hace que el parto, aparte de ser más doloroso, sea más rápido y menos natural. La Oxitocina está indicada a mujeres que están en trabajo de parto y que llevan tanto tiempo con contracciones que el bebé ya presenta sufrimiento fetal. Y con todo y eso, la OMS no lo recomienda; pero claro, el doctor puede llegar más rápido a su casa. Después, me colocaron una bacinica y con un ganchito me cortaron lo que conocemos como fuente, lo cual es considerado una violencia innecesaria y contraproducente en el parto natural y antiviolento del bebé, que necesita toda la ayuda del mundo.

Finalmente, el médico me practicó la episiotomía (es un corte en el perineo para “evitar” desgarraduras), aunque ésta sólo es recomendada en un 5 por cientos de los casos, según la Organización Mundial de la Salud. Aún así se practica en casi cada parto ya que es más fácil para el doctor. No se debería de hacer porque una mala suturación o un mal corte son mucho más peligrosos que un pequeño desgarre que casi no sucede cuando la persona que atiende el parto sabe cuidar del perineo para evitarlos.

Pero lo peor de todo fue que en un hospital no te dejan pararte de la cama, te dejan acostada y esto evita que sigas tus impulsos naturales y que dejes que la gravedad y el bebé te ayuden a que nazca más fácil y de manera menos dolorosa. El mismo Alejandro Almaguer González, director de Medicina Tradicional de la Secretaría de Salud, apuntó: “la forma de acostar a la mujer en una cama alta fue para comodidad del médico, se apropió y empezó a enseñarse como hegemónico”.

Mi situación fue muy privilegiada, y estoy consciente de eso. En primer lugar tuve acceso a un curso psicoprofiláctico, tuve la oportunidad de escoger a quien mejor me pareció, escogí el hospital, tuve acceso a información y evité que me hicieran una cesárea.

Ahora soy aún más privilegiada porque puedo elegir todo lo que quiero para mi parto, puedo elegir la mejor postura para acomodarme, puedo elegir caminar o comer, puedo elegir no ser tratada como enferma terminal (por esto me parece aberrante que las mujeres usen el término “aliviarse”, no están enfermas y nadie las está curando), puedo elegir quién quiero que entre a mi parto, puedo elegir si mi hija se encuentra a mi lado viendo a su nuevo hermano/a nacer. Puedo elegir a la partera que yo quiera, elegir la música que oír; saber que no voy a ser maltratada, que no van a usar procedimientos innecesarios.

Puedo elegir otras alternativas a la anestesia, como la acupuntura, la homeopatía, el reiki, la terapia craneosacral; puedo sentirme segura de que en cualquier emergencia me puedo mover a un hospital; puedo estar tranquila de que en mi casa me puedo bañar, meter a una alberca especial para parir; que puedo gritar sin ser callada porque ay no aguanta nada; que puedo llorar, reír, disfrutar, bailar, cantar y ser yo en algo que es algo sólo mío y de mi bebé, que es algo que yo voy a hacer sola, no lo va a hacer mi partera, mi esposo o el ginecólogo. Es algo íntimo, especial, mágico y a la vez natural. Y tengo el derecho a elegir lo que es mejor para mí y para mi hijo. Merezco elegir que me den al bebé en cuanto nazca y que no sufra violencia al venir al mundo y ser arrancado del vientre para ser inyectado, limpiado, restregado sin siquiera haber sentido la piel de su mamá como sucede en la mayoría de los hospitales, donde no respetan ni a la mujer ni al recién nacido.

No es necesario que el bebé sea limpiado ni inyectado ni nada de eso hasta después de dos horas de haber nacido. Sé que tengo la opción de elegir a alguien que me lo dé en el momento de nacer para que tome leche materna, sin que le den primero fórmula y lo metan a un cunero mientras “descanso”. Sé que tengo la oportunidad de escoger que mi esposo esté presente y viva el momento del nacimiento de su hijo como algo que también tiene que ver con él, que viva la experiencia de ver la culminación de algo en lo que también participó, que es el papá y pueda darme la mano mientras pujo, mientras se acerca el momento de que vea a su vástago, que pueda estar cuando nace y que pueda compartir la tremenda y hermosa intimidad de algo tan natural, de algo que está dentro de nosotros, de algo primordial y animal, que podamos ser seres humanos, animales y una familia.

Sé que soy privilegiada porque conozco ésta posibilidad, pero sé también que puedo compartir con ustedes esto: todas tenemos la opción. Sin importar nuestra capacidad económica (hay parteras de todos los precios), podemos elegir tener nuestro parto como queramos, pero principalmente, estando informadas, sabiendo que porque un doctor haga algo no quiere decir que es lo mejor. En mi experiencia, los ginecólogos estudian el útero, las parteras estudian a la mujer; son cariñosas, respetuosas y sabias.

No digo que es la única opción válida para tener hijos, tampoco digo que esté mal hacerlo de otro modo, pero lo que sí afirmo es que todas tenemos la obligación de estar informadas y tomar una decisión desde el punto más natural, menos egoísta, menos doloroso o peligroso para nosotras y para nuestros hijos.

Porque no por desidia o por miedo a sentir vamos a poner en riesgo algo que jamás ha sido peligroso.

Para más información, les recomiendo las siguientes páginas:
http://partonaturalhumanizado.blogspot.com
http://www.espacioblog.com/porunpartorespetado
http://www.elpartoesnuestro.es
http://www.episiotomia.info
http://www.crianzanatural.com

5 comentarios:

Iam dijo...

Yo siempre me pregunte... como es que los cavernicolas tenian a sus bebes.

antes no habia doctores, menos cirujanicos.

segun yo debe ser natural si no, no estariamos aqui.

MargorieV dijo...

Estoy de acuerdo contigo... es cierto q muchas veces en un hospital, en lugar de ayudar, estropean más la situación... Creo q es una moneda al aire...

Miss, en verdad te admiro un montón x esta decisión, será lo mejor para ti y para tu bebé...

Quién sabe, talvez en unos años q me anime a embarazarme, también me anime a hacerlo de la misma forma q tú... Ojalá pudieras compartir la información ;)

Les mando un besote a las 3...

Luthien dijo...

Eyyy Missss que bueno que se informe, eso es part de su responsabilidad, la verdad yo soy una chillona y miedosa, yo iría al hospital jajajaja osh u.u

Lata dijo...

Grande tu experiencia manita. Grande. Tengo noticias... ¿leíste tu mail?

Un Kato dijo...

Wow... ke impresión... ke huevos... pero ke chido!!!

Mis mejores deseos